El 03/10 se cumplen 50 años de la insurgencia militar encabezado por el General Juan Velasco Alvarado. Sucedió aquel 3 de octubre de 1968 en que derrocaron a Fernando Belaunde Terry, pues la insoportable corrupción y el entreguismo al imperio gringo llegó al extremo de “perder” la pagina 11 del contrato con la IPC, escándalo que motivó el golpe de Estado. 

Tan pronto el 9 de octubre las fuerzas armadas tomaron la Brea y Pariñas, territorio donde flameaba la bandera de estrellas y barras. Se inició así un gobierno nacionalista revolucionario que entregó la tierra los campesinos a través de la Reforma Agraria, se organizó la propiedad cooperativa, las sociedades de interés social. Se cortó la lengua a la oligarquía y los medios de prensa fueron entregados al manejo de las colectividades sociales.

Se inició un proceso de industrialización y creció la clase obrera y el sindicalismo. La CGTP fue reconocida como interlocutora válida y creció como la principal central clasista inspirada en la orientación de su fundador JC Mariátegui. Se dio la ley de estabilidad laboral y se crearon las comunidades industriales.

Se reemplazó a Pizarro por Tupac Amaru en Palacio, se oficializó al idioma quechua al igual que el castellano y se hizo una reforma educativa avanzada. Se abrieron relaciones diplomáticas con los países socialistas que antes estaban prohibidas. Los comunistas peruanos (PCP) respaldaron los cambios antimperialistas y antioligárquicos, sin embargo la ultraizquierda y el Apra lo combatieron.

Finalmente una corriente militar reaccionaria encabezada por el General felón Francisco Morales Bermúdez dio el golpe contra Velasco el 29 de agosto de 1975 y los trabajadores y el pueblo se enfrentaron para defender las reformas. El paro histórico de 1977 fue determinante para el retiro de los militares reaccionarios a sus cuarteles y garantizar las reformas en la Constitución Política de 1979.

Tras culminar mis estudios de secundaria me incorporé al trabajo en construcción civil y viví con entusiasmo la fiesta de transformaciones desde la nacionalización del petróleo, entre otras y mi promoción de secundaria lleva con orgullo su nombre. Hicimos conocer a través de una carta a Palacio de Gobierno y nos contestó que mejor se debe denominar “3 de Octubre” o “24 de junio”, desobedecimos y le denominamos “Juan Velasco Alvarado”.

Velasco falleció el 24 de diciembre de 1977 y las multitudes se volcaron a su cortejo fúnebre; pero vive en otra dimensión de la materia. Los trabajadores, los campesinos, los pobladores humildes del Perú lo quisimos y lo queremos. No podrán borrar su memoria de la historia. La oligarquía y el imperialismo seguirán desparramando odio y veneno contra el General de los Pobres, pero ¡Velasco vive y vivirá siempre!