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HUGO BLANCO GALDOS "HUGUCHA" / FOTO: SERVINDI

HUGO BLANCO GALDOS EN EL RECUERDO

"Hugucha", le llamaban los campesinos

Publicado: 2023-07-10

Por Valentín Pacho *

Ha muerto Hugo Blanco Galdós, “Hugucha”, así le llamaban los campesinos quechua hablantes, cusqueño de nacimiento, siempre se consideró campesino nato, organizador y político, perseguido y reprimido, uno de los líderes del campesinado que ocupó páginas de la prensa peruana. Mis condolencias a su familia, a la CCP y su organización política.

En la década del 60, el nombre de Hugo Blanco apareció en la prensa tanto escrita como radial, se popularizó como el “guerrillero de Chaupimayo”, en esos años se incrementaron, la lucha de los campesinos, contra el abuso de los hacendados en Cusco, Igual ocurría en las demás regiones de los andes; etapa que coincidió con el fervor de las repercusiones de la Revolución Cubana, en el Perú y América Latina;

VALENTIN PACHO, AUTOR DE LA NOTA Y COLABORAR DE CHASKILLAKTA

En Cusco y resto del país las luchas del campesinado por la reforma agraria fueron reprimidos violentamente. En los sindicatos de trabajadores y campesinos de Cusco, había militantes del Partido Comunista Peruano (PCP), por tanto, había celo partidario con Hugo Blanco, por su filiación trotskista, pero Hugucha, era peleador, activo, metido en las acciones, estaba en todos los eventos, en la Federación Departamental de Trabajadores y el de Campesinos del Cusco como dirigente, compitiendo en los debates con los comunistas.

A raíz de la confrontación con la policía en La Convención, Hugo Blanco fue apresado, y sentenciado a purgar cárcel, hechos que ocupó las principales páginas de la prensa nacional, hasta que fue amnistiado por el gobierno del general Juan Velasco Alvarado en 1970.

Conocí personalmente a Hugo Blanco en 1978, con ocasión del secuestro y deportación a la Argentina del que fuimos víctimas por el gobierno del felón Francisco Morales Bermúdez, en el marco del Plan Cóndor; en ese entonces yo era secretario general de la Federación Departamental de Trabajadores de Arequipa (FDTA) y estábamos en huelga general indefinida que duraba ya 10 días, entre los deportados, estuvimos: Javier Diez Canseco, Ricardo Lets, Genaro Ledesma, Hugo Blanco, yo con Justiniano Apaza, los vice almirantes en retiro, José Arce Larco y Guillermo Faura, exministros durante el gobierno de Velasco Alvarado, el periodista de derecha, Alfonso Baella Tuesta, Ricardo Napurí y otros líderes de la izquierda. En total éramos 13 deportados.

Nos condujeron en un avión de carga de la FAP y nos desembarcaron en un aeropuerto aislado rodeado de soldados cara pintadas, en la región Jujuy, norte de Argentina. Recuerdo que nos recibió un coronel alto, flaco feo, con cara de malo, nos dijo “no me importa quienes son, tampoco por qué los han traído aquí, solo sepan que, desde ahora están a cargo del ejército argentino”. Varios de nosotros nerviosos, entre ellos yo, pero Hugo que llevaba un bolso de tela colgado de su hombro y en el brazo una frazada vieja remendada, lo vi tranquilo, como que no pasaba nada: nos trasladaron en un camión al cuartel del ejército, ahí realmente nos conocimos personalmente la mayoría de los deportados, fue el caso con Hugo Blanco al estrecharnos la mano, me dijo la “huelga de Arequipa está haciendo mella en la dictadura, se va a extender en todo el país, por eso nos han secuestrado” me preguntó sobre mi militancia política le dije soy militante del PCP “¡ah, stalinista!” me dijo, en tono de broma.

En los siguientes días del encierro en el cuartel, nos hacíamos preguntas, pero sin respuesta solo especulaciones, pero Hugo, que había estudiado en Argentina, nos dio un informe de la situación política de Argentina y sobre el genocidio perpetrado por la dictadura criminal de Rafael Videla; realmente era para temer sobre nuestra situación; pero mientras los días pasaban, Hugucha sacó de su bolso varios libros de bolsillo y 3 tableros pequeños de ajedrez, para matar el tiempo y los nervios del encierro, los presos jugábamos, ajedrez en los que siempre ganaba Hugo.

Finalmente, después de varias semanas fuimos trasladados a Buenos Aires, y llegamos al cuartel general de la Policía Federal, nos ficharon a cada uno; a los almirantes y a Baella Tuesta los liberaron en Buenos Aires y a los demás nos encerraron en los sótanos en cuartitos individuales, eran cajones de cemento, no se podía estirar las piernas, pasamos varias noches y días, mientras que a los demás de nuestros compañeros, los sacaron de los calabozos, para hacer gestiones de papeleos en las oficinas de la Policía Federal.

Luego nos enteramos que salieron al extranjero unos, a Francia, Suecia, otros a España, parece que las ONG de esos países hicieron gestiones de asilo, porque eran conocidos; Hugo me dejó su frazada vieja remendada, me sirvió de mucho en el invierno y una nota en papel, la letra parecía de Ricardo Letts quien nos deseaba suerte y harían gestiones por nosotros.

En conclusión, me quedé en Argentina con Justiniano Apaza, presos en los sótanos de la Policía Federal, por largo tiempo: hasta que el general Omar Torrijos presidente de Panamá nos dio asilo y nos acogió en su país y cuando se dio la amnistía. El general Torrijos, militar progresista y solidario, nos pagó el pasaje de regreso al Perú. Al poco tiempo la CIA lo asesinó. Por otro lado, nos da coraje que Morales Bermúdez murió sin purgar la cadena perpetua sentenciado por el Tribunal de Italia.

Hugo Blanco al regresar del exilio asumió la tarea como Constituyente y luego diputado, para distinguirse, vestido informal, con ojotas, en vez de correa cabuya y melenas despeinadas. En los siguientes años hasta su fallecimiento, siempre inmerso en las acciones de lucha, así era Hugo Blanco siempre polémico; forma parte de la historia del contingente de la izquierda de luchadores sociales y revolucionarios del Perú.

Hasta siempre Hugucha.

*Ex secretario general de la CGTP, ex senador de la República, ex vicepresidente de la FSM.


Escrito por

CHASKILLAKTA

Oscar Alarcón Delgado, periodista, sindicalista


Publicado en